sábado, 8 de diciembre de 2007

DEL AMOR AL ODIO, II PARTE

Febrero, 2007: El Fin

Creo que todo tiene su lugar y momento adecuado. La gracia está en saber con precisión ese dónde, ese cuándo.
Tal vez fue mi culpa que el timing no fuera el ideal. Yo sabía de qué trataría nuestra conversación pendiente, pero fue más fuerte la incertidumbre y la angustia. O tal vez fue culpa de él, que simplemente no fue capaz de asegurarse de ello, o no le importaba.
¿El resultado? La conversación se llevó a cabo en el kiosco de un hospital al que tendría que ir por el resto del semestre, a una hora de empezar mi primer turno de urgencias en pediatría.

Nos sentamos en una mesa de afuera. Gente iba y venía.
Adopté la posición más desafiante que pude. Le hablé con el tono más firme...

Bueno, te escucho...
...Mira...yo creo que tienes razón...estoy un poco abrumado por la carrera...por todo...
A ver. Para. Aquí hay un antes y un después. Y ese quiebre está dado por ese fin de semana en que te fuiste con tus amigos a la playa. ¿Qué mierda pasó? ¿Me gorriaste, te gustó alguien más, qué onda?...
No, no te engañe.
Entonces? Porque de verdad no entiendo...
Bueno, yo...estuve conversando con mis amigos...y...
Para. Ya sé: estuviste conversando con tus amigos y te diste cuenta de que eres joven, de que queda poco pa terminar la carrera y ganar plata y de que te quieres tirar a la mitad de Chile...
Cómo hablas así, con esas palabras...
Lo estoy poniendo en términos simples, sólo eso.
Bueno...tienes razón...
Entonces me queda todo muy claro. Tu y yo tenemos ideales muy distintos y me parece imposible llegar a algo en común. No veo otra opción que terminar.
¿Terminar?
Sí.
Pero...tú eres mi mejor amiga...
Ufff...demás que sí...pero olvida eso. No quiero nada contigo, no quiero tu amistad ni nada.
¿Y así es como se acaba todo?
Sí. Aquí se acaba todo. y Así. Pienso, de todas maneras, que eres una buena persona y espero que te vaya bien en la vida.
¿Eso es todo?
Sí.
Entonces, me voy.
Adios.

Y me quedé sola en ese maldito kiosco.
Él se fue con lágrimas en sus ojos.

Yo me sentía extraña. No sabía que hacer, no tenía ganas de llorar...
Habían sido 5 años y medio juntos. ¿Un exceso tal vez?
Me quedaban sólo 15 minutos para entrar a turno. Me fumé un cigarro.
Todo había terminado.


CONTINUARÁ
Coming soon: Del amor al odio, III parte y final

lunes, 3 de diciembre de 2007

DEL AMOR AL ODIO, I PARTE

Nunca fue mi intención, desde que comencé con el blog, el ponerme grave.
Al menos trato de darle un toque de humor a lo que escribo.
Pero hoy siento que debo serlo. Debo permitirmelo a mi misma.
Y es que no entiendo. No entiendo ni cómo ni porqué a veces la gente no actúa bien, no es sincera, y aún así obtiene cosas buenas de la vida.
¿Qué queda para el resto? ¿Qué queda para mí?

Enero, 2007: El principio del fin

Nos fuimos a la playa los dos, solos. Lo pasamos bien (bueno, al menos yo).
No noté nada extraño, fuera de lo normal. Todo era como siempre.

El fin de semana siguiente, me dice que se va a la playa con sus amigos.
Ya estaba acostumbrada a que hiciera eso. La verdad, nunca me incluyó en sus panoramas con sus amigos y/o amigas. Pero estaba acostumbrada. O no me importaba. O era resignación.
El día antes de que se fuera a la playa, sin mi, nos despedimos con un beso. Nunca pensé que iba a ser uno de los últimos. Un beso de adios.
Sólo le pedí una sola cosa cuando estuviera allá: que me llamara al menos una vez, para saber si todo andaba bien.

Y nunca fue. Nunca me llamó y cuando yo intenté hacerlo, el maldito buzón de voz.
Lo maldije por su desconsideración. Sólo eso. Ingenua.

Volvió extraño, luego de aquel fin de semana. Algo había, pero no sabía lo que era.
No quería estar conmigo, no quería que fuera a su casa.
Al principio lo justifiqué.
Luego me aburrí de su indiferencia y lo increpé.
Nada, me decía, no me pasa nada. Y nada peor que la incertidumbre.

Un día lo pasé a dejar a su casa. Se negó a que entrara con él a conversar.
Lo llamé por teléfono cuando llegué a mi casa. Ya no aguantaba más.
Fue de esas conversaciones eternas, de horas...de nada en limpio...

Estás raro, que te pasa?
Nada
Cómo que nada? Es obvio que algo te ocurre...Dime qué es lo que te molesta
Todo, me molesta todo
Eso es amplio, tu todo es familia, carrera, amigos, yo...Dime al menos que es lo que te molesta de mí, que es lo que puedo modificar...
No tengo ganas de hablar
Perfecto. No hablemos. De hecho, tomémonos un tiempo. Piensa en lo que te molesta y cuando lo tengas claro, me avisas y conversamos. No estoy para estar aguantando este tipo de cosas...

Y así pasó el tiempo. No me decía nada, no me buscaba para conversar.
Yo sabía que íbamos a terminar. Se lo comenté a mis amigos, ninguno me creyó. Todos me decían que estaba equivocada, que era obvio que era algo pasajero.
Un par de veces me acerqué a él y le pregunté si quería conversar. Siempre me dijo que no.
Una vez más, tuve que tomar una decisión dificil. Le mande una noche un mensaje a su celular...

El tiempo se acabó hoy. Conversamos mañana.

CONTINUARÁ...
Coming soon: Del Amor al Odio, II parte