CITA A CIEGAS N° 3: LA PROMESA, II PARTE Y FINAL

Martes (día de la cita): esto promete...

Me llamó como a las 7 de la tarde. Fue bakan que lo hiciera. Hablamos cortito, la idea era saber que estabamos haciendo y si iba o no la salida de la noche. Quedamos en que más tarde volveríamos a hablar.

Yo lo llamé tipin 9 de la noche. Me sentía obligada a hacerlo, porque él llamó en la tarde. Y sí: la estúpida dió su dirección, con extra lujo de detalles. Quedamos en que me iba a pasar a buscar en una hora. Detalle: llovía mil y hacía mil frío. Esta vez, ni cagando en vestido corto. Pantalones y filo. Si le gusta, bien, si no, bien también.

Yo estaba lista. Suena mi celular. Era él.
Definitivamente soy la mina más estúpida y patética de Chile...Una vez más dando jugo...Está afuera de mi casa. Cero opción de correrme. Cagué, una vez más...Ahora si que juro que esta es la última vez...

Tomé aire y salí. Me subí al auto. Me quería morir de plancha. Nos saludamos piola. Y no. No era na tan mino como se veía en las fotos. Desilusión? Un poco, no lo puedo negar...
Conversamos todo el camino, hasta llegar al famoso pub. Seguía lloviendo y hacía un frío de muerte. Nos preguntaron si queríamos sentarnos adentro o afuera. Yo, en un acto incomprensible, preferí afuera. Y me cague de frío, una vez más.

Me contó de su vida, yo de la mía. Estuvimos como 2 horas en eso. Era entretenido para conversar, pero algo le faltaba, no convencía del todo. Pagó la cuenta y me vino a dejar a mi casa...Igual lo pasé bien.

Bueno, aquí es donde te rapto...
Jajajajaja...si si claro...
¿Me estás desafiando?
La verdad, no
Yo creo que si...no me crees capaz?
No, no te creo capaz
¿Y quieres que te rapte? Porque en una de esas, te termina gustando...
Jajajajajaja...

Cuando llegamos a mi casa, se estacionó y nos pusimos a fumar.
Yo le dije que tenía ganas de ir a la playa. Me dijo que feliz me acompañaba, que cuando quisiera ir, le avisara.
Quedamos además en que obvio que nos íbamos a ver de nuevo.
La verdad, yo no estaba tan emocionada al respecto, como que no le compraba mucho esa disponibilidad absoluta...
Estuvimos como 2 horas en su auto. Igual me pasé los rollos típicos: ¿Me irá a dar un beso? ¿Le habré gustado? Igual no es tan mino...en verdad no es ni mino...puta que tengo mala cuea...

Al día siguiente, me tenía que levantar temprano. Obviamente, estaba raja. Al mirar mi celular, me llevé una sorpresa agradable: tenía un mensaje de texto de él, que había mandado como media hora después de que nos despedimos. Lo cito textual (la penosa nunca lo borró, de hecho aún lo tengo, no sé pa qué):

Buenas noches, que tengas buen día mañana en el hospital, que no se te muera nadie. Besos.

Aclaración: eso del hospital y que no se muera nadie, se relaciona con lo que hago. Estudio medicina.

Me enamoré. Le amé maximamente.
Lástima que sólo me duró 24 horas. Una vez que pasó la emoción de contarle a mis amigas cómo me había ido y lo del mensaje, el amor murió. No sé porqué, pero...como que no enganché. Lo que faltaba: hasta regodiona me puse.

El sujeto aun existe en el MSN. Nunca más salimos. Nunca fuimos a la playa. Le hablé un par (lo admito, más de un par) de veces, pero cero feeling.
Ahora pienso que tal vez, esta vez yo fui la que la cagó...si tan sólo hubiera puesto un poquito más de mi parte...nunca lo sabré. La promesa se diluyó en el tiempo...

Y matando por un abrazo, como siempre...
Pierde una jugada.

FIN
Coming soon: Cita a ciegas N° 4: Lo que Ud. no debe hacer...