CITA A CIEGAS N° 4: LO QUE UD. NO DEBE HACER, III PARTE Y FINAL

Viernes, 9pm (día de la cita)

Hola, cómo estás? Te haré una oferta que no podrás rechazar...
Hola...que bueno que me hayas llamado...¿Cuál sería esa oferta?
Mira, son recién las 9 de la noche...porqué no tomas un bus y te vienes a Santiago? Nos tomamos algo, conversamos y el sábado temprano te voy a dejar al terminal...
Mmm...igual podría ser...pero...
Pero qué?
Es que me tendrías que ir a buscar al terminal, tu sabes que no cacho nada de Santiago y además me dan como crisis de pánico cuando ando en micro...
Obvio que te voy a buscar, no hay problema...
Oye y dónde vamos a pasar toda la noche?
La verdad, no tengo idea...pero filo, algo se nos ocurrirá...
Bueno, entonces voy...aunque me das miedo...supongo que no me vas a dejar plantado en el terminal, te juro que te mato...
No, relajao, confía, esta vez no hay vuelta atrás
Esta bien...llámame en una hora...

Y no. Esta vez no había vuelta atrás. La verdad, me sentí feliz, se me pasó toda la tristeza que había sentido durante el día. Poco o nada me cuestioné si era realmente mino, si era un psicópata, o dónde cresta íbamos a estar toda la noche. Tal vez lo único que necesitaba en ese momento era que alguien estuviera conmigo. Y no una amiga de las incondicionales, sino un sujeto al cual podría gustarle eventualmente...
Así que me arreglé feliz. Hacía frío, pero igual me puse un vestido corto y me dio lo mismo que estuviera lloviendo. Me daba lo mismo la idea de tener que ir desde mi casa al famoso terminal de buses, que es bastante lejos. Estaba feliz.

Lo llamé una hora después. Tenía todo listo, se venía. Eso si (y aquí se nota que es pendejo) le contó a su hermano que venía y éste le dijo que me pidiera dirección y teléfono, ante la posibilidad de que lo dejara plantado.

Y partí a buscarlo. Se subió al auto. Lo miré y advinen que: era mil más mino en fotos que en la vida real. De hecho no era mino, era piola. Pero me dió lo mismo, no lo quería para pololo ni nada por el estilo.
Al principio igual raro hablar con él, apenas lo conocía. Y bueno, me empecé a pasar los típicos rollos: Cómo me habrá encontrado? Le habré gustado? Le daría un beso?...

Le pregunté qué quería hacer, dónde quería ir. Me cagó con lo que me dijo:

Me gustaría ir a un mirador, a un lugar en donde pueda ver Santiago desde arriba...

Mal estilo, porque no conozco ningún mirador. Bueno, sólo al que fui con el sujeto de la cita N° 1 y no sabría cómo llegar yo sola. Le tuve que decir eso, que no cachaba ninguno...

Uff, me complicas con eso del mirador, no conozco ninguno...
Filo, no te preocupis...
Pero no quieres ir a un Pub, a bailar, algo así?
Mmm...la verdad no, preferiría comprar algo pa tomar y conversar...
Bueno, si es lo que quieres...

Pasamos a comprar. Además de algo pa tomar, compré mil cigarros. Esta noche iba a ser larga y necesitaba arma de defensa personal. El grave problema era que no sabía donde chucha ir. Mi casa no era una opción, porque si bien tengo un segundo piso donde nadie molesta, se puede meter ruido y todo y se puede entrar y salir sin que nadie te vea, en él estaba mi hermano con sus amigos. Obviamente, terminamos en el lugar más patético que a alguien se le pueda pasar por la cabeza: un estacionamiento de supermercado...

Conversamos mucho rato, igual era simpático. Hacía un frío de mierda y tengo mala la calefacción del auto. Muy mal estilo. La cuea fue que tenía un saco de dormir de una amiga guardado, asi que no fue tan terrible. Yo lo miraba mientras me conversaba. No era pa na mino. Tampoco cachaba si yo le gustaba, porque hablamos puras tonteras, cero joteo.

Como a las 4am llamé a mi hermano, pa cachar si todavía estaba en la casa. Suerte: se había ido, así que le dije al sujeto que nos fueramos a mi casa. Al principio colapsó: me dijo que le daba terror toparse con mi hermano, que sentía angustia y un montón de cosas de ese tipo, típicas de "pendejo psicosiao". Al final, luego de jurarle por mi madre que eso no iba a pasar, que nadie lo iba a ver y que mi hermano no le iba a pegar si lo veía, accedió.

Obviamente, nadie nos vio entrar. Pusimos música, nos tiramos en un sillón a conversar. Yo tenía sueño igual...
Hasta ese punto, para mí era obvio que nada iba a pasar, que no le había gustado y que ni cagando me iba a dar un beso siquiera. La verdad, a mí tampoco me tincaba mucho la idea...pero digamos que un beso nunca ha matado a nadie...Eso sí, ni cagando me tiraba yo primero. Sólo lo jotié un poco.
Pero olvidé el detalle de que era un pendejo, y la cagó. De repente me mira, con cara de que me va a dar un beso, pero en vez de hacerlo, me dice:

Oye...te puedo dar un beso?

Y yo me enchuche. No puede ser tan pendejo, que paja que me diga eso...

Los besos no se piden ni se roban. Sólo se dan. Y la respuesta a tu pregunta es no.

Me miró con cara rara, pero aceptó. En verdad no se porqué me enchuché tanto con eso. A alguien le podría parecer considerado. Pero a mí no. Si me quieren dar un beso, tienen que ser lo suficientemente clever como pa cachar:

1. Que yo también quiero darlo, para que no sea un robo de beso
2. Que me gustan los sujetos jugados, para que no me pregunten weas.

Y eso fue todo. Seguimos conversando hasta como las 7am. Yo estaba demasiado cansada. Arrepentida? La verdad no. Igual lo había pasado bien. Había sido una noche menos de mi vida en soledad.

Lo fui a dejar al terminal. Yo tenía clarísmo que esa era la despedida final, que nunca más lo iba a ver, nunca más lo iba a llamar y que lo iba a borrar de MSN.
Al despedirse de mí, me corrió la cara. Me dió un topón. Me reí. Se fue.

Y qué ocurrió después? Lo borré ese mismo día de MSN. No borré su teléfono, pero sólo pa cachar si me llamaba o algo así.
Hace como 3 semanas me llamó. Me preguntó porqué lo había eliminado. No le di muchas explicaciones, sólo le dije que ya no quería conocer más gente por chat nunca más y que había borrado a varias personas, no sólo a él. (Mentira, obviamente, porque sólo lo borré a él). Me dijo que iba a venir a Santiago a ver a su hermano en unas semanas más. Le dije que me parecía bien eso, pero nada relacionado a juntarnos de nuevo. Nos despedimos y no he sabido nada más. Y creo que tampoco me interesa saber...

Sólo queda por agregar que le doy las gracias por haberme acompañado durante una noche, en que de estar sola, hubiera sido tal vez, una de las más tristes de este frío invierno...

Pero el mundo sigue, y yo sigo igual. Nada nuevo bajo este sol de maldita primavera...

Y matando por un abrazo.
Vuelve al comienzo del juego...

FIN
Coming soon: LOS 10 MANDAMIENTOS DE UNA CITA A CIEGAS...