sábado, 1 de septiembre de 2007

NADA ES COMO YO QUIERO QUE SEA

Primer día de esto. No se si alguien vaya a leerlo.

Ya van casi 7 meses desde que terminé con el HDP y todo igual. Mientras él vive su vida feliz, en compañía de una flaitonga doña nadie, yo sigo igual. Sola.
Y no digamos que no he hecho nada al respecto: creo que conozco el 90% de todos los pubs y discos de Santiago. Incluso figuro en esas patéticas páginas para conocer gente vía chat. Y no pasa nada.
¿La razón?: EL HOMBRE CHILENO, viviendo su vida de acuerdo a la maldita ley del embudo (lo ancho pa ellos, lo angosto pa uno), ostentado un grado de cobardía infinito. Acaso no viven el duelo como uno? Somos, acaso, tan fáciles de olvidar?

El otro día conversaba con un amigo argentino (lo reconozco, lo conoci por la página de chat) y me preguntó: ¿vos preferés al hombre chileno o al macho argentino? jajajajajajaja -respondí yo.

En fin...luego de 4 citas a ciegas (buenas, malas, frustras...que detallaré proximamente) y varios personajes aparecidos del chat, aún no obtengo lo que quiero...Y hoy, día sábado, no tengo nada que hacer. Y mataría por un abrazo...

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